Los próximos 19 y 20 de octubre, Raquel Pérez profesora universitaria y experta en la gestión de recursos humanos, a través del curso «Añade Felicidad a tu vida: ¿Cómo puedes conseguirlo?», nos explicará las recetas que nos pueden ayudar a tener siempre inflado nuestro globo de la Felicidad. ( Para más información [email protected] o 639153636).
Y… ¿De qué va esto de la felicidad de la que tanto se habla?
En los últimos años han surgido movimientos y corrientes relacionadas con la felicidad en el trabajo. Numerosos estudios, conferencias y artículos de revistas tratan sobre este tema y apuntan a las claves de la felicidad personal y por extensión, a la felicidad en el trabajo.
Personalmente me resulta difícil realizar un decálogo de las claves de la felicidad, sería muy osado por mi parte, pero sí me atrevo a dar alguna de las recetas o pautas que sin duda nos pueden ayudar a tener siempre inflado nuestro globo de la felicidad e incorporar a nuestra vida los hábitos de los más felices.
Lo primero es saber qué nos hace felices. Definir la felicidad significa averiguar qué es lo que la felicidad significa para cada uno de nosotros e identificar el conjunto de cosas que nos hacen felices de acuerdo con el modo en que hemos elegido definirla.
A menudo, cuando no hemos conseguido lo que queríamos podemos llegar a ser nuestros peores enemigos. En esta ocasión pensamos que una reflexión negativa nos va a motivar, pero lejos de motivarnos para hacerlo mejor, en realidad nos desmotiva, por tanto, debemos encontrar otra forma de enfrentarnos a los fracasos. Los más felices utilizan la autocompasión y consiste en tratarnos a nosotros mismos con el mismo cariño y cuidado que mostraríamos a un buen amigo, especialmente cuando está sufriendo, ha fracasado o ha cometido un error. En realidad, esto es desarrollar la EMPATIA, solo que en esta ocasión con uno mismo.
Debemos ser agradecidos y practicar la gratitud. Los expertos han demostrado que expresar gratitud nos hace sentir más felices y además reduce el deseo de sentirse superior a los demás. Lo cual, sin duda alguna es un gran alivio e incrementa notablemente nuestro globo de felicidad.
Cuando somos muy controladores disminuimos nuestros niveles de felicidad, primero porque los resultados que deseamos a menudo no están bajo nuestro control, y por ello nos sentimos frustrados y decepcionados frente a determinados resultados. Segundo, cuando queremos controlarlo todo es probable que sacrifiquemos otras cosas importantes de nuestra vida, como nuestra salud o la de nuestras relaciones, sin duda algo muy dañino para nuestros niveles de felicidad.
Los más felices toman responsabilidad personal de su propia felicidad, lo que significa que nunca culpan a otros o a las circunstancias externas de cómo se sienten. Tomar responsabilidad de nuestra propia felicidad significa utilizar una camiseta que señale: «no importa qué tiempo haga fuera, el tiempo en mi cabeza siempre es soleado». En otras palabras, los seres humanos, tenemos esta habilidad única: podemos regular nuestras emociones.
Todas estas herramientas y más son practicadas por los más felices y sin duda alguna influyen en nuestro trabajo, porque ¿Cómo se puede ser feliz si no se es feliz en el trabajo, lugar en el que pasamos más de un tercio de nuestro tiempo? Tener buenas prácticas de felicidad nos aporta un mayor significado a nuestro trabajo, elemento que aparece como una constante en la percepción de felicidad.
Pues eso, de esto y muchas más cosas va esto de la Felicidad.