Por Lourdes Suárez, Psicóloga de Clínica Cobián
Los dos últimos estudios dirigidos por el psiquiatra Javier García Campayo (líder en investigación con mindfulness en España), en colaboración con grupos de investigación de varias universidades españolas y otros investigadores internacionales, así como con el Servicio de Oftalmología del Hospital Universitario Miguel Servet, vienen a reforzar una de las líneas de investigación más prometedoras sobre la meditación mindfulness de los últimos años.
La práctica de minfulness continuada previene el envejecimiento cerebral y mejora la agudeza visual.
En el año 2009, Elizabeth Blackburn recibió el Premio Nobel de Medicina por codescubrir los telómeros y la telomerasa. Los telómeros son unas proteínas protectoras del ADN que se encuentran en el extremo de los cromosomas- son como unas «fundas plásticas» que protegen la integridad del cromosoma- y se correlacionan con nuestra esperanza de vida, pero se acortan con la edad.
La Dra. Blackburn afirma que nuestra mente tiene una enorme influencia en la fisiología del organismo y ha descubierto que las personas que sufren estrés crónico tienden a tener telómeros más cortos, y que más cortos son cuantos más años hayan pasado en esa situación estresante. Los resultados de los estudios realizados por esta Premio Nobel, apuntan a que la práctica de meditación, por su efecto reductor del estrés, ayudaría a evitar el acortamiento de los telómeros lo que podría suponer un aumento de la esperanza de vida. Destaca también que «aunque falta mucho que investigar, la buena noticia es que ya sabemos que tiene buenos efectos sobre la mente».
El estudio del Dr. García Campayo, se presenta bajo el título «La meditación zen, la longitud de los telómeros y el papel de la evitación experiencial y de la compasión». En esta investigación (publicado en la prestigiosa revista académica estadounidense Mindfulness y citada en el periódico británico The Guardian), se evidencia que la longitud de los telómeros de meditadores zen con años de práctica meditativa, es significativamente mayor que la longitud de los telómeros de individuos sanos no meditadores. Los investigadores concluyen, que la meditación continuada alargaría la esperanza de vida.
Por otra parte, se ha realizado un prometedor estudio sobre “evaluación de la función visual y cambios estructurales en la retina en los meditadores zen”, en el que se ha implicado al completo el reconocido Servicio de Oftalmología del Hospital Miguel Servet, junto al Dr. García Campayo y el investigador de la Universidad de Sao Paulo, Marcelo Demarzo. En esta investigación, se ha explorado la asociación con la práctica de mindfulness y el incremento de la neuroplasticidad del sistema nervioso central. Entre las principales conclusiones, se destaca que la práctica de la meditación zen se asocia a una mejor agudeza visual, especialmente en el contraste y a la sensibilidad al contraste.
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