Hace unos días, la Organización Mundial de la salud (OMS) y sus asociados celebraron el Día Mundial sin Tabaco, con el fin de poner de relieve los riesgos para la salud asociados con el tabaquismo y abogar por políticas eficaces para reducir su consumo. Bajo el lema «el tabaco, una amenaza para el desarrollo», destaca que el consumo de tabaco mata cada año a casi 6 millones de personas, una cifra que, según las previsiones, aumentará hasta más de 8 millones de fallecimientos anuales en 2030, si no se intensifican las medidas para contrarrestarlo.
Es por ello que Clínica Cobián, la Clínica de la Mujer y el Niño, en La Coruña, quiere incidir en que el embarazo está considerado uno de los mejores momentos para abordar la deshabituación tabáquica, ya que durante estos nueves meses las mujeres se preocupan especialmente por su salud y por la del bebé que viene en camino. Es por ello que Clínica Cobián ofrece un “Programa para dejar de fumar en el embarazo y período de lactancia”. A lo largo del programa, se incluyen diferentes técnicas psicológicas para facilitar el abandono del hábito tabáquico, así como prevenir la recaída posterior en el mismo, adaptándose a las necesidades especiales de cada participante.
El consumo materno de tabaco de la mujer en el embarazo y posparto, está relacionado con numerosas patologías en el feto y en el recién nacido: complicaciones placentarias, embarazo ectópico, parto prematuro, abortos espontáneos, retraso del crecimiento, mortalidad perinatal y otras alteraciones en el recién nacido (bajo peso al nacer, infecciones respiratorias u otorrinolaríngeas, síndrome de muerte súbita del lactante). Así mismo se ha vinculado a trastornos cognitivos, emocionales y conductuales en los niños. Sin olvidar que el hábito tabáquico en la mujer, conlleva unos riesgos específicos que afectan principalmente a las áreas ginecológicas y de la reproducción.
El tabaquismo es perjudicial para cualquier persona, con independencia de su sexo, edad, raza, cultura y educación.