En nuestro anterior artículo, «Reducir el estrés aumenta las posibilidades de embarazo: ayúdate con el Mindfulness», comentábamos que los estudios publicados en las revistas científicas más importantes en materia reproductiva, demuestran cómo el estrés afecta de manera significativa la capacidad reproductiva de una pareja.
Esta situación de tensión es la que hace que se reduzca la probabilidad de que una mujer pueda quedarse embarazada llegando a generar, casi en la mitad de los casos, problemas psicológicos de significación clínica, como ansiedad, angustia y depresión.
Aprender a detectar los factores causantes del estrés y encontrar formas de aliviarlo, adquiere una importancia considerable, tanto en las parejas que buscan el embarazo de manera natural, como en las que están realizando algún tratamiento de fertilidad. La reducción del estrés puede disminuir el número de ciclos de tratamiento necesarios o evitar el uso de técnicas más invasivas para conseguir el embarazo.
A continuación, proponemos algunos consejos que pueden ayudarte a reducir el «temido estrés», teniendo en cuenta que no existen formas universales para manejarlo y que lo que funciona para unas personas no funciona para otras:
1.Reconocer y aceptar que tenemos un problema, es la clave para poder afrontarlo con éxito. Toma conciencia de que un problema de infertilidad es un enorme desafío para la relación de pareja y que los sentimientos de frustración, enfado, culpa o tristeza, son las reacciones esperadas en estos casos. Aceptar lo que está sucediendo, así como las emociones que surgen en cada momento, no es sinónimo de resignación, sino todo lo contrario; será el primer paso para poder normalizar la situación y buscar las soluciones más adecuadas a tu caso particular.
2.Céntrate en el aquí y ahora. Recuerda que la disposición psicológica de unos futuros padres, tiene una notable influencia sobre su fertilidad y, también, sobre el resultado de los tratamientos de fertilización, si este fuese vuestro caso. No pierdas tiempo dándole vueltas a decisiones pasadas que sólo generarán sentimientos de culpa, ni rumiando u obsesionándote sobre los resultados futuros, porque eso te producirá un desgaste psicológico innecesario. La única forma de que las cosas mejoren en un futuro es cuidando de vuestro bienestar emocional en el presente.
3.Comunícate con tu pareja y trabaja con ella en la búsqueda de soluciones. Hablad de vuestros sentimientos, aceptando que no tenéis porque sentir lo mismo (ni siquiera el deseo de tener un hijo tiene que ser igual en ambos) y que las personas expresan sus sentimientos de forma diferente. Cualquier decisión, tomadla siempre de forma conjunta, dándoos apoyo mutuo y sin haceros reproches. En el caso de que estéis siguiendo un tratamiento de fertilidad compartid, en la medida de lo posible, cualquier carga física que implique este tipo de tratamientos.
4.Identifica las causas de tu estrés. Diferencia aquellos factores externos que puedes evitar (ej. la posible presión de los familiares para que tengáis un hijo, determinados eventos sociales con bebés que resulten un incómodo recordatorio, etc.), de aquellos factores internos que tienes que aprender a manejar porque no es posible evitarlos (ej. los sentimientos de malestar ante un test de embarazo negativo).
5.Procura llevar un estilo de vida saludable. Sigue una alimentación equilibrada, aléjate de tóxicos (como el tabaco y el alcohol) y practica algún ejercicio físico moderado, preferiblemente al aire libre. Hazlo como quieras. Camina, monta en bicicleta, practica yoga o apúntate a clases de pilates. Mantenerte activa te servirá de distracción, calmará la ansiedad y aumentará la liberación de endorfinas, las hormonas responsables del aumento de la capacidad de la mente para elevar el estado de ánimo y sentirse bien.
6.Desconéctate siempre que puedas de los dispositivos tecnológicos y conéctate con la naturaleza. Si te pasas el día whatsappeando, pendiente de las redes sociales o enganchada a la televisión, tus posibilidades de reducir el estrés y mejorar tu estado de ánimo son muy escasas. Una de las mejores recetas para aliviar el estrés y mejorar la salud mental es darse un “baño de naturaleza”. Da un paseo por el campo, el mar o el bosque prestando atención plena a todo lo que captan tus sentidos (los colores de las hojas, el sonido del mar, el olor de la hierba…). Eso desplazará la actividad mental rumiadora y planificadora a otras partes del cerebro relacionadas con la emoción, el placer y la empatía.
7.Practica meditación mindfulness (atención o conciencia plena). Aprende a dejar ir las ideas obsesivas sobre el embarazo y la angustia, a través de técnicas de meditación que reducen los niveles de estrés, ansiedad y depresión. En el anterior artículo mencionamos el estudio publicado en Human Reproduction (la publicación oficial de la Sociedad Europea de Reproducción Humana Asistida), en el que la investigadora, responsable del protocolo de estrés psicológico, alentaba a las mujeres que están pasando por dificultades para quedarse embarazadas a gestionar su estrés mediante técnicas como la meditación y la atención plena.
8.Busca siempre el apoyo de profesionales. Infórmate, lee, pregúntale dudas a tu ginecólogo.